QUE HAGO YO AQUÍ

SIRIA- Diario de viaje

D-.SIRIA- HAMA:

JUEVES 4/10/2007: 

Antes de partir hacia Hama, voy a una de las pastelerías que están por Al- Merjeh (plaza de los Mártires), para aprovisionarme para el viaje (la repostería Siria es un vicio)… Me llevo una bandejita de baklawas ( pastelillos de hojaldre rellenos de pistachos, almendras, cacahuetes o anacardos) Unos pocos asabeeh (dedos de dama), unos cuantos aash el-bulbul (nidos de ruiseñor) y algún kol wa shkor (come y agradece). Y naturalmente un par de asmalayye (soberanos dorados), es un emparedado de hojaldre relleno de ashta (nata cuajada que se saca de la leche hirviendo) y rociado de pistachos. Llevo algo más de la cuenta, pero seguro que en el camino habrá algún niño, y ellos están exentos de la ley del Ramadán.


                           


Los autobuses hacia el Norte de Siria parten de la estación de Harasta, que está a unos 6 km al noroeste del centro de la ciudad, no he pasando de los revendedores que intentan acompañarte y sacarse su comisión, se que pagare el billete unos dos o tres euros más caro, pero sabiendo la cantidad de refugiados que intentan buscarse la vida en esta ciudad, me impongo a mi misma ese impuesto (hoy habrá un plato mas de comida en alguna mesa); aunque eso sí, la compañía la elijo yo, que en este caso es la Qadmous, que según la Loney Planet (siempre certera) junto a la Al-Ahliah son las mejores para viajar por el país.
El autobús es grande, cómodo, y además, va casi vacío. Me siento en los primeros asientos, como vecina al otro lado del pasillo una mujer joven con un niño de unos cuatro años, perfecta excusa para dentro de un rato sacar mis pastelitos… 
La presencia militar es menos intensa en el camino hacia el norte, hay mas trafico (siempre caótico), algo de industria, y bastante más riqueza y actividad en las poblaciones que se ven a ambos lados de la autopista. Como mi desayuno ha sido un escueto café con leche, que me han hecho en el 7 Days, no tardo en sacar los pastelillos… Bajo la complaciente mirada de su madre, Ziad y yo, damos cuenta de una de las bandejas; pero mi amigo y su madre se bajan en una población cercana a Homs, rodeada de refinerías de petróleo.


Su lugar lo ocupa una regordeta de intensos ojos azules, que no tarda en dormirse; ya casi llegando a Hama, nos despertamos ambas…, curiosas una de otra (bueno la verdad es que me ha cogido infraganti sacándole una foto en el momento que comenzaba a levantar la cabeza). Después de reírse de mí porque me he puesto colorada y dar su aprobación a la imagen robada, que naturalmente a supervisando (habla un poco de Ingles, es estudiante), juntas miramos el mapa de la ciudad que viene en la guía y cuando le digo que mi intención es alojarme en el hotel El Cairo, su información resulta inestimable… No hace falta llegar a la estación, puedo bajarme junto a la plaza del reloj, que está justo enfrente de donde pretendo alojarme, cojonudo para mí y menos esfuerzo para mi “panzer” (maleta).


El Cairo, es un lugar bastante apañado, habitación grande y limpia, servicio gratuito de Internet para los clientes y además organiza excursiones en taxi compartido o furgoneta (depende de lo numeroso que sea el grupo); me apunto para mañana a primera hora: Apamea- Ciudades Muertas. Mañana tendré una agradable sorpresa, taxi y solo seremos dos, y me alegrare todavía más cuando conozca a Valentín, pero me estoy adelantando a los acontecimientos…


Hama fue hasta hace menos de 27 años, una de las ciudades mejor conservadas de Siria (el escritor Robín Fedden afirmaba en su libro “Syria: An Historical appreciation” que: “estaba extraordinariamente bien conservada, con sus casas que se inclinaban sobre el agua y una extensa ciudad vieja en la que los edificios modernos apenas se infiltraban”). Hoy en día ese patrimonio casi no existe, solo quedan en pie algunas de sus gigantescas norias y algún que otro edificio significativo, todo lo de mas fue arrasado durante los bombardeos de 1982.



Durante el régimen de Hafez al-Assad (padre del actual presidente), Hama vivió uno de los capítulos más dolorosos de su historia, 8.000 soldados fueron movilizados para sofocar una rebelión de los entonces ilegales “Hermanos Musulmanes”; el enfrentamiento duro tres semanas, durante las cuales no cesaron los bombardeos gubernamentales…
Os incluyo la noticia que salió en El País: 11/02/1982 : “La ciudad siria de Hama, la tercera en importancia del país, ha sido tomada por la guerrilla islámica, según un comunicado difundido ayer por el Alto Mando de la Revolución Islámica de Siria desde la capital jordana, Amán. El Departamento de Estado norteamericano, a través del portavoz Dean Fischer, confirmó que Hama era escenario de graves disturbios y que la situación en todo el país es "muy tensa", según un despacho de la agencia France Presse fechado ayer en Washington. Según la organización islámica Hermanos Musulmanes, los guerrilleros contaron con la colaboración de la división blindada 47 del ejército sirio para adueñarse de la ciudad. Esta división, enviada inicialmente por el Gobierno de Damasco para ocupar Hama, desobedeció sus instrucciones y colaboró con los musulmanes en la ocupación de todos los edificios gubernamentales. De acuerdo con las mismas fuentes, los guerrilleros se apoderaron del aeropuerto y expulsaron a unos 15 kilómetros de Hama a las unidades especiales enviadas anteriormente por el Gobierno. Siempre según las fuentes mencionadas, la guerrilla islámica ha liberado a los presos de Hama y se ha adueñado de los arsenales militares de la ciudad.
Los acontecimientos comenzaron el pasado 2 de febrero, cuando la ciudad fue bombardeada por el Ejército. Según la mencionada organización, la población se levantó contra las fuerzas sirias, entre cuyas filas se registraron centenares de bajas, que los Hermanos Musulmanes cifran en tres mil. Asimismo, las Fuerzas Aéreas recibieron instrucciones de bombardear la ciudad, según las citadas fuentes. Al negarse a obedecer, el régimen de Damasco destacó desde la ciudad de Ktaifa a la división blindada 21, si bien no pudo alcanzar sus objetivos a consecuencia de la voladura del puente sobre el río Rastán. Sin embargo, una parte de esta división emprendió la ruta hacia Hama por otro camino y se acercó a los arrabales de la ciudad, donde ayer se libraban enfrentamientos armados muy encarnizados…”



Fue una de esas tantas noticias que no tienen continuidad…y que sin embargo, casi treinta años después, caminando por sus calles uno todavía puede masticar la tragedia y tan solo soñar con tanta belleza perdida, que en días no muy lejanos fue el sello de esta antigua ciudad…
Las excavaciones realizadas en el “tell” de la ciudad muestran que la zona ya estaba poblada en el Neolitico. Existen referencias históricas del reino arameo de Hamah, que comerciaba con Israel durante los reinados de David y Salomón (1000-922 a.C). Ocupada más tarde por lo asirios, Hama se unió a Damasco en una revuelta contra los conquistadores extranjeros en 853 a.C y juntas derrotaron a las tropas de Shalmanaser. Sin embargo, bajo Sargón II, llego la venganza asiria, y en 720 a.C, fue arrasada y sus habitantes deportados. En los tiempos de los seléucidas (dinastía griega fundada por uno de los generales de Alejandro Magno), la ciudad sufrió una profunda trasformación y fue rebautizada como Epifanía por el gobernante Antíoco IV Epifanes (175-164 a.C).



Luego se convirtió en un importante núcleo urbano romano y bizantino hasta que cayó en manos de los árabes el año 637 d.C... 
Hama prospero bajo la dinastía fundada por Saladino, los ayyubíes, aunque su estratégica situación geográfica (a medio camino entre Damasco y Alpo) la mantuvo a lo largo de su historia bajo el peso de los intermitentes ataques.



Justo en frente al hotel hay un bonito parque donde se ve a la gente paseando cogidos de la mano o charlando tranquilamente en sus bancos, un 90% son hombres. Allí me topo con mi primera gran noria, el sol que ya está bastante bajo y las gotas de agua que salpican el aire proyectan infinidad de arcos iris que se deshacen al segundo como pompas de jabón, permanezco un buen rato hipnotizada, hasta que el efecto desaparece (el sol ya está muy bajo).


Al final del parque junto a un pequeño puente esta la más grande de todas las que conserva la ciudad (unas 17), llamada Al- Mohammediyya, que data del siglo XIV y solía proveer de agua a la Gran Mezquita. Estas ruedas hidráulicas que sobrepasan los 20m de diámetro (el equivalente a un edificio de 4 o5 pisos) vienen trabajando como mínimo desde el siglo V, aunque las pocas que quedan en pie responden a un diseño de los ayyubíes del s.XIII (reacondicionadas y/o reconstruidas entre los periodos mameluco y otomano), y responden a las dificultades que entrañaba sacar agua del rio Orontes, ya que este discurre por un lecho rocoso y bastante profundo y las tierras que lo bordean son bastante más altas. Las norias (genialidad hidráulica) se construyeron como solución para extraer el agua y subirla hasta una red de acueductos que la canalizaban hacia los campos y huertos cercanos (los que habéis estado en la Expo de Zaragoza podréis haber visto un ejemplo en la llamada Al Salam).



Hoy se utilizan métodos de irrigación más modernos. Pero las norias no han perdido su uso; según me explican, durante el verano y solo cuando el rio lleva agua (si no, no pueden ponerse en marcha) los chicos suelen usarlas como trampolín para lanzarse al agua desde diferentes alturas, debe ser todo un espectáculo. Pero a esta hora, todo el mundo ha comenzado a correr, tras los primeros sonidos del canto del Muecín la ciudad ha quedado literalmente vacía, tan solo se ve algún coche que se dirige a toda velocidad hacia alguna parte.


Ya en dirección a los restos de la Ciudadela y lo que queda de la antigua Medina, comienzo a observar los primeros signos de vida que llegan en oleajes de aromas: pan recién hecho, barbacoas de carne y de pescado, y otros etc. que no distingo pero que casi saboreo….







Entro y me pierdo por las callejuelas de un mercado sombrío (todos los puestos permanecen cerrados) y una vez dentro acelero el paso, no me siento tranquila envuelta en tanta oscuridad. ¿Qué hago yo aquí? (pregunta irremediable que siempre surge en algún momento del viaje y que se contesta así misma), y justo detrás de mis miedos brota una voz casi infantil que me ofrece una manzana…,que irremisiblemente me desata el apetito. Fuera del mercado se ve algo de movimiento en la calle, pero todo permanece cerrado, cuando digo todo me refiero concretamente a los restaurantes o los puestos de comida TENGO HAMBRE!!




En una esquina, fuera de una tienda que parece de tejidos hay un grupo de gente comiendo, que al verme deambular sola y perdida me invitan; primero digo que no pero ante la insistencia me rindo: humus, kafta y mulukhiye (arroz aromático con pollo, cordero y hojas de malva, viscosas pero deliciosas) decoran una mesa improvisada en la acera de la calle. Y para rematar la comilona un tez de regaliz que es pura delicia. He hablado poco y comido mucho ante la insistencia de mis anfitriones, después de cuatro preguntas y respuestas al aire, me ha salvado el futbol (cuatro o cinco nombres de jugadores y mucha onomatopeya). Dos de los chavales que estaban en el grupo insisten en acompañarme al hotel para que no me pierda, en el camino otros se sumaran a la romería … Desde la ventana de mi habitación , mirando hacia los jardines donde se perfila las luces que iluminan una de las norias, susurro a la noche con palabras patrimoniales que nadie a mi alrededor conseguiría entender : gracias a Hama por tu acogida.

“La iglesia medieval instituyo la peregrinación a pie como cura de la melancolía homicida. Todos necesitan del acicate de una busca para vivir; para el viajero ese acicate reside en cualquier sueño” B. CHATWIN

“A fin de cuentas, lo que podríamos llamar contagio de viaje existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable” R. Kapuscinki