MARTES 9/10/2007:
Llevo media mañana dando vueltas con un cartelito escrito en árabe pegado en la frente, tengo que extender mi visado (hay que hacerlo antes de que se cumplan los diez días de plazo de estancia en Siria, y yo casi los he agotado) pero no doy con la comisaría central de policía, y mira que llevo la dirección escrita en letras grandes, pero cada vez que pregunto, o es mas a la izquierda o más a la derecha, o no saben, pero si contestan.
Cuando por fin la encuentro, puedo certificaros que la burocracia es aquí tan irracional como en cualquier parte del mundo. 1, 2, 3, 4 ventanillas y cada vez más papeles….En el quinto despacho me atiende una policía (creo que es la morena más guapa que he visto en mi vida), me facilita todo el papeleo; comienzo a hablar plácidamente con ella, mientras firma y sella papeles, pero me confiesa, con un cierto disimulo implicado en el tono de su voz, que lo siente pero que no puede hablar mucho conmigo, porque sus compañeros no hablan ingles y pueden sentirse molestos… Ciertamente la burocracia es más o menos igual en todas partes, pero el Estado pesa mucho más en unas que en otras.
A la salida de la comisaria con todos los papeles en regla, muy cerca de la comisaria, en la plaza de la torre del Reloj, negocio con un taxista para que me lleve hasta las ruinas de Amrit (a unos 10 km al sur de Tartus), 5 euros ida y vuelta, y todo el tiempo que quiera estar en las ruinas (me da casi vergüenza).
Me encuentro, como siempre, yo solita ante unas ruinas de apariencia bastante sorprendente…
Esta vez hasta la caseta del guarda permanece cerrada y hay colocada en la entrada una cadena, lo cual no nos imposibilita la entrada al monumento… El taxista baja, aparta la cadena y nos metemos dentro.
Hay una cierta confusión en el origen de este conjunto de santuarios y tumbas fenicios, que esta indudablemente ligado con la isla (otra vez) de Arwad; parece ser, que la estructura arquitectónica de los monumentos, es mucho más antigua (siglos IX y VIII a C.) que la de los enterramientos, que se remontan al siglo VI a.C...
Dentro de las ruinas hay tres lugares definidos, aparte de los asentamientos civiles, el puerto, las fuentes y los ríos sagrados.
El templo: Fue esculpido en el descenso rocoso que da al río Maratias (conocido hoy como río Amrit). Alrededor del centro había una fuente de agua sagrada con una escultura esculpida en la roca. Los antiguos fenicios venían hasta aquí con sus jarras de barro para llenarlas con esas aguas que al parecer tenían poderes curativos.
A pesar del tiempo aún se conserva en el centro de la antigua fuente la estructura sagrada del ¨mihrab¨ (altar o trono) donde se encontraba la estatua del dios del templo. En las excavaciones realizadas cerca de este, fueron encontradas escrituras fenicias que confirman que dicho trono pertenecían a ¨Malker¨, dios fenicio al que se le atribuía la capacidad de curar todas las enfermedades, especialmente las fiebres...
Los denominados meghazils: es la palabra que alude a la forma de hueso que tienen las torres, que se alzan sobre unas cámaras funerarias subterráneas, a las que no puedo acceder. Más tarde en el hotel el marido de María me contará, que hay que acceder a ellas con linterna, y que en la decoración interior de las mismas hay una curiosa mezcla de influencias helenísticas, persas e incluso egipcias (no en vano los fenicios se movieron por casi la totalidad del por entonces mundo conocido).
El estadio: es aún más antiguo que el estadio olímpico de Grecia (dicen algunos estudios, que fueron los fenicios los que enseñaron a los griegos los juegos deportivos).
Fue esculpido en la parte rocosa del área, tiene 230 m de longitud y 30 m de anchura, está rodeado por siete escalinatas o gradas. Hay también algunas tumbas, y los cimientos de establecimientos civiles que se extinguieron completamente. En ese estadio se celebraban competiciones de carros tirados por caballos, carreras, saltos y lanzamientos, y parece ser que también carreras de saco.
Me cuentan que el Ministerio del Turismo sirio, dividió Amrit en secciones (cosa que muchos lógicamente cuestionan, aludiendo a que una civilización es un todo que no debe ser dividido bajo ninguna circunstancia). Curiosamente en una de estas secciones, justo donde se encuentra el campamento de las expediciones nacionales de exploración, , forma parte de un paquete de tierras que están a la venta …La especulación huele mal por todas partes.
En este lugar (que precisamente pretende ser vendido), con apenas pocos metros cuadrados explorados, salieron a la luz las ruinas de una ciudad que viene a ser de la época helénica, y bajo ella otra fenicia. Aseguran los arqueólogos, que lo que prueba la identidad de esas ruinas apenas exploradas, son las paredes rocosas, los canales de agua (que son señales del avance cultural de esa civilización), el hallazgo del ¨tannur¨ (el horno), además de otros descubrimientos como las cerámicas simples y pintadas, vasijas de barro, monedas y joyas.
Y de nuevo en la ciudad de Tartus, la longeva ciudad de Tartus que a pesar de su desgaste, me descubre la incuestionable solidez de sus muros…
¿Dónde me había quedado? Ah si, con aires de guerra!! A partir del 1099 con la llegada de los cruzados la ciudad cambio su nombre por el de Tortosa y dado su valor estratégico (pues permitía a los cruzados mantener el tráfico marítimo con Europa), los caballeros cristianos la convirtieron en una plaza fuerte amurallada y construyeron una catedral en honor a la Virgen María.
Que según la leyenda se edifico sobre los restos de una antigua ermita, que habría sido consagrada a la Virgen María por el mismísimo San Pedro, que descanso aquí unos días en su largo peregrinaje de Jerusalén a Antioquia. En 1152 Tortosa fue tomada por las fuerzas musulmanas de Nur al-Din que gobernó la Gran Siria de 1146 al 1174 y que fue según todos los historiadores el principal impulsor de la yihad contra los cruzados.
Pero Tortosa no preocupaba en aquel momento a Nur al Din, sus preocupaciones eran otras: intentaba unir unas fuerzas musulmanas divididas, y muchas veces enfrentadas entre sí, unas fuerzas que hasta entonces no habían sido capaces de reaccionar mínimamente consolidadas, contra los continuos oleajes de invasiones cristianas que se habían comenzado a producir desde 1096.
Así que tras una breve ocupación,
la ciudad acabo cediéndose a la elite de los caballeros templarios. En 1188, Saladino dirigió un nuevo ataque musulmán contra Tortosa…Los caballeros cruzados se vieron obligados a replegarse en la torre del homenaje, la ultima defensa de la ciudad que épicamente consiguieron mantener hasta que finalmente los musulmanes volvieron a retirarse.
Los caballeros templarios volvieron a fortificar la ciudad y defendieron sus accesos con una serie de castillos…Tales cautelas les permitieron salvar a Tortosa de dos nuevos ataques, protagonizados más tarde por los mamelucos.
Finalmente, cuando cayó la ultima fortaleza cruzada de toda la tierra Santa (San Juan de Acre, 1291), los caballeros se dieron cuenta de que tenían los días contados y se retiraron a la isla de Award, donde mantuvieron una guarnición durante 12 años antes de partir hacia Chipre.
La ciudad decayó y solo comenzó a florecer una vez que Siria obtuvo la independencia.
Hoy he cenado con la familia de María al completo, os contaré el debate político que se ha organizado, y en el que he participado discretamente (nunca se sabe, Siria no es precisamente una democracia al uso); pero no os lo contare ahora, aprovechare para hacerlo durante mi forzosa larga estancia en el Crac des Chevaliers…
Dentro de tres días acaba el Ramadán, y se celebra el Eid al Fitr, tres o cuatro días festivos (a veces mas), donde todo está cerrado y donde media Siria se traslada para ver a amigos o familiares, o simplemente para aprovechar el largo puente…Imposible encontrar alojamiento en la costa y muy difícil encontrar trasporte, así que voy a refugiarme en el Crac, por lo menos hasta que me reorganice, ya que dadas las circunstancias renuncio a ir hasta Latakia…